Los incendios eléctricos son una de las causas más comunes de siniestros en hogares y lugares de trabajo. A diferencia de otros tipos de fuego, estos incendios presentan riesgos específicos, ya que están vinculados a circuitos eléctricos activos, lo que puede provocar descargas eléctricas si no se manejan correctamente.
¿Qué es un fuego eléctrico?
Un fuego eléctrico es un incendio causado por un fallo en un sistema eléctrico, como un cortocircuito, un cable dañado o un dispositivo sobrecalentado. Se clasifica como incendio de clase C, lo que significa que involucra equipos eléctricos energizados y no puede apagarse con métodos convencionales, como agua, sin correr un grave riesgo.
Este tipo de fuego es especialmente peligroso porque no solo genera llamas, sino también el riesgo de descargas eléctricas y la liberación de gases tóxicos.
Cómo se origina un incendio eléctrico
Un incendio eléctrico puede comenzar por varias razones:
- Cortocircuitos: cuando dos conductores eléctricos que deberían estar aislados entran en contacto directo, ya sea por un fallo en el aislamiento o por un daño físico. Este contacto genera un aumento de la corriente, lo que a su vez provoca un calor intenso que puede fundir los conductores y desencadenar un incendio.
- Sobrecarga de enchufes y regletas: ocurre cuando enchufamos varios dispositivos en un solo circuito o enchufe, superando la capacidad de carga. Esto puede sobrecalentar el sistema y provocar un incendio.
- Cables y conexiones en mal estado: el deterioro del aislamiento de los cables, debido al desgaste, la exposición a altas temperaturas o la acción de roedores, puede dejar al descubierto los conductores eléctricos, aumentando el riesgo de cortocircuitos y chispas que favorecen el inicio de un fuego.
- Electrodomésticos defectuosos: los aparatos con fallos internos como cortocircuitos, sobrecalentamiento de resistencias o motores pueden generar calor excesivo y prenderse fuego.
- Fugas de corriente: se producen cuando la corriente eléctrica se desvía de su camino habitual debido a un fallo en el aislamiento o a una conexión a tierra defectuosa. Estas fugas pueden generar arcos eléctricos y chispas, capaces de prender fuego a materiales combustibles cercanos.
- Almacenamiento inadecuado de materiales inflamables:la presencia de materiales inflamables como papel, cartón, telas o productos químicos, cerca de fuentes de calor eléctrico como cuadros eléctricos, transformadores o electrodomésticos, aumenta el riesgo de incendio en caso de un fallo eléctrico.
- Falta de mantenimiento: la ausencia de revisiones periódicas y mantenimiento de las instalaciones eléctricas aumenta el riesgo de que se produzcan fallos y averías que puedan desencadenar un incendio.
En el entorno doméstico, los enchufes sobrecargados, las instalaciones antiguas y el mal uso de electrodomésticos son las principales causas de incendios eléctricos. En entornos laborales, el problema suele estar relacionado con equipos industriales defectuosos y falta de mantenimiento eléctrico.
Es fundamental tomar medidas preventivas para evitar incendios eléctricos como la instalación de sistemas de protección, el uso de materiales y equipos de calidad, la realización de revisiones periódicas por parte de profesionales cualificados y colocación de alarmas contra incendios.
¿Qué hacer ante un incendio eléctrico?
Saber cómo apagar un fuego eléctrico puede evitar daños materiales y proteger tu seguridad. En primer lugar, hay que desconectar la corriente desde el cuadro eléctrico general. Al cortar la electricidad, el fuego deja de alimentarse de la energía eléctrica, convirtiéndose en un incendio común que puede extinguirse con mayor seguridad.
A continuación, hay que evaluar el tamaño del fuego generado. Si el fuego es pequeño y controlable, utiliza un extintor de clase C, diseñado específicamente para incendios eléctricos. Pero si el fuego se está expandiendo rápidamente, evacúa la zona inmediatamente y llama a los servicios de emergencia.
Un fuego eléctrico puede ser peligroso y propagarse rápidamente si no se actúa con precaución. Aunque lo principal es prevenir que ocurran, es imprescindible saber cómo apagar un incendio eléctrico de forma segura, sin usar agua y con el extintor adecuado, para proteger tanto a las personas como los bienes materiales o propiedades.
